Una calle vacía.
Una noche, una
calle vacía en la madrugada, caminamos tu y yo, hablamos de todo y un poco más,
nos sinceramos y hablamos de nuestros gustos en la vida, nuestros gustos en la
cama.
Me miras, lo
noto y te miro de reojo, me sonrojo y mi imaginación inevitablemente vuela y
grafica cada una de nuestras palabras. En un momento atravesamos un oscuro
lugar, tomo un respiro profundo y te acorralo en una pared, tú te quedas en
silencio igual que el resto del escenario, y sin palabra alguna y mis ojos
clavados en los tuyos deslizo mi mano sobre tu pantalón, frotando tu verga
delicadamente. Tus ojos se entrecierran y casi se vuelven al blanco, sin
embargo no logran dejar de mirarme. Inspiras profundamente mientras te froto, y
de puntillas me acerco a morderte un labio, a sentir el calor que muestra el rojo
de tu boca, lo succiono y lo pellizco con mis dientes, quiero besarte mas solo
me basta con morderte, tanteando tu reacción, y manteniendo siempre mis ojos en
los tuyos me alejo, te doy la espalda y sigo caminando. No doy ni tres pasos
cuando siento tu mano acalorada en mi brazo sosteniéndome con fuerza,
volteándome y guiándome bruscamente, me tomas con ambas manos y me aprietas
contra una pared con todo tu cuerpo, mientras me acomodo automáticamente para
sentirte entre medio, al notarlo me empujas para darme el gusto, la temperatura
sube con la fricción entre los dos y tu olor penetra cada uno de mis poros
haciéndome agua la boca… los labios. Anhelo tenerte dentro ahora, y tomando tus
glúteos que llenan mis manos te empujo
contra mí con más fuerza acomodándote donde más te siento. Me levantas poniendo
mis piernas alrededor de tu cuerpo y arremetes cada vez con fuerza, comienzas a gemir suavemente en
mi oído y oírte me lleva al éxtasis, mezclado junto a los jadeos, el aroma y al
movimiento rítmico de nuestros cuerpos y la sangre que palpita entre mis
piernas húmedas y calientes. De golpe tu boca se adueña de una de mis orejas
mordiéndola exquisitamente para acallar
un poco tu agitación evidente, provocando en mi un gemido agudo que soy incapaz
de tragar, pero que hábilmente asfixias con tu boca. Nos encontramos en ese
beso y la ritmicidad de nuestros cuerpos
se coordina por completo, el pulso en mi clítoris se vuelve tan fuerte
que me provoca acabar, y tu miembro rígido sobándome por encima no me da tregua.
Solo siento, y entre más te oigo y mas te
siento más me enardezco y más se contrae cada parte aquí dentro. Tu ritmo se
apresura y me estrujas con más fuerza, yo vuelvo a morder tu boca y se termina
la secuencia en un gemido ahogado, sin quitarnos la ropa, en una calle vacía.
Esta perfecto, lo leí mientras escuchaba el OST de inception y le dio un toque especial. Me dio escalofríos, me imagine en la escena, pero no siendo el tipo afortunado, sino que siendo parte de la escenografía, entrando en el juego sin que ellos se enteraran, y lleno de morbo... ufff fue buenísimo :)
ResponderEliminarte ggusta mirar chikillo travieso jajajajajaj, gracias.
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