pudor

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martes, 21 de junio de 2011

Exquisita tortura.




Es temprano, aún el astro rey no se asoma al nuevo dia, y sin embargo siento que un fervor recorre mi cuerpo desde mis entrañas.

Hace frío, y sé que no estas desde hace ya mucho, sin embargo puedo sentir la presencia, el peso de tu cuerpo junto a mi, tus manos, el aroma de tu piel, tu aliento, que tantas veces me fue necesario para respirar en aquellos momentos en que nuestros pulsos eran uno solo, en que la armonía de nuestros movimientos nos entregaban un placer absoluto.

Una ilusión, una ilusión de segundos me saca de este lugar, evoca todas las sensaciones que me provoca tu ser, todas las sensaciones que me provoca sentirte excitado, complacido, sumergido en mi cuerpo, en mi calor, en mi sabor de mujer, en el sudor de este ejercicio que tanto nos agrada. Cada vez que logro sentir que tu cuerpo se estremece con mi sexo, con mi tacto... me siento la mujer mas sensual de la tierra.

Me incorporo, inspiro profundamente mientras siento mis latidos acelerados, latidos que retumban en mis orejas, en mi vientre y en mis labios, hasta llegar a algún lugar en lo profundo de mi útero. Estoy sola, sola con el frío, sola con el recuerdo y la sensación.

Cierro mis ojos, y en un instante apareces junto a mi, todo tu como siempre, como antes, como te recuerdo.
Siento tus manos tibias recorriendo la parte baja de mi espalda, ahi, en ese punto donde mi columna termina, ahi donde se sienten las mas maravillosas descargas de las sensaciones de la piel, ahi donde la espina es el centro del cuerpo, y cada pincelada de tus dedos sobre mi piel me provocan un retorcimiento irresistible, al cual me someto sin cuestionamientos, ni por qués.

Tan entregada estoy, que sin advertirlo, siento tus manos en mis muslos, me agarro firme de tus hombros, casi que puedo atravesarlos con mis dedos. Los estrujas y me presionas sobre ti. No hay mas contacto que ese. El éxtasis es sobrecogedor, al igual que tus grandes manos, y tus dedos que se extienden por el contorno de mis glúteos sin respetar límite alguno. De pronto uno de ellos irrumpe entre la bifurcación que separa ambas nalgas, delicada y sigilosamente, con precaución, a la espera de alguna reacción, de algún gemido, quizás de alguna restricción de mi parte. Pero para mi sorpresa también no es así, no hay impulso alguno que me diga que te detenga, al contrario, todo me dice, todo te señala que continues por ese lugar, sin más, sin preguntar. Y así, tal cual, sin consulta termino de espaldas a ti, sintiendo todo el grosor de tu vigor varonil rozándome la espalda, buscando un lugar por el cual entrar, y rápidamente lo encuentra y se apodera de mi.

Siento como de golpe penetras en mi interior, brusca y dolorosamente, mas ese dolor es placentero y esa brusquedad es embriagante y me deja con ansias de más, por lo tanto no hay nada que te detenga, excepto el hecho de que como nunca antes de veras siento una ambivalencia absoluta de sensaciones, este padecimiento  sin el cual no podría experienciar esta maravillosa y totalmente novedosa satisfacción, acompañado del impulso constante y permanente de que me quedo sin aliento, de que en cada arremetida tuya el aire se asienta en mi pecho y me lo presiona mientras disfruto de la sensación, de la exquisita tortura que es tu falo impregnando agudamente mi posterior.

Por primera vez siento eso que alguien alguna vez denominó como la pequeña muerte, esta explosión de sensaciones, este orgasmo en particular que no es cualquier orgasmo, no es ese que viene del contacto directo con mi clítoris, es un orgasmo lleno de dolor, de una pulsación constante que dirige el ritmo de mis movimientos. Alucino, deliro, y en un grito extenso y desgarrado acabo contigo adentro, contigo en un vaivén interminable que extiende mi placer.

Cierro los ojos, y me quedo sintiendo tus manos apretando mi cintura, sintiendo el sonido de tu miembro introduciéndose en mi ano, sintiendo el pulso de esa dura verga dentro de mi, los latidos de mis labios, el calor de mi vulva... abro los ojos y ahí estoy sola, sola con el frío, sola con el recuerdo y la sensación.

1 comentario:

  1. Realmente te subiste de tono...pero lo veo mas como una evolución, lo que si puedo criticar es que el ultimo párrafo fue medio forzado...siento que tenias mas que contar pero lo terminaste muy de golpe, estabas detallando todo y al final fuiste menos sutil. Fuera de esa critica me encanto... evolución es mi palabra final!

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